Te fuiste a Moscú un día sin avisarme.
Llegué a casa cansada de arrastrar mi alma por las calles de la ciudad, dispuesta a olvidarlo todo por unas cuantas horas. El sonido incesante de la máquina registradora me molestaba, así que decidí escuchar el único mensaje que anunciaba el brillante número rojo. "Hola" era tu voz y esbocé una sonrisa fragmentada. "He llegado ésta madrugada a Moscú. (Madrugada de acá, son nueve horas de diferencia, por si no sabías). Te llamo de nuevo cuando me sienta con fuerza suficiente. Adiós" Fue así, tan lacónicamente, como siempre ha
We should have been dead by now.
It sounds awful, I know. I know it more than anyone else. But you also remember. That night in which we crammed our mouths with handfuls of stardust. In which you held my wrist tight - oh so tight, and ran in straight line for what could have been minutes or hours, but we never looked back, not even with the screams begging for help and the gleams of light behind out back.
It was the next morning, when the atrocious and irrevocable truth came silently but steady towards us. You came to my house and looked at me with those big brown eyes of yours, and I let out silent sobs against your shoulder blade, and we
Se le hacía tarde, tiró la puerta muy fuerte y al escuchar el sonido se detuvo un momento y cerró los ojos y contrajo su nariz. Tenía un abrigo dos tallas más grande y guantes que definitivamente no le proporcionaban el calor que necesitaba. Apretó el par de folders que llevaba contra su pecho, dio un respiro profundo y abrió sus ojos de nuevo. Vio a un hombre parado a dos metros de distancia, mirándola con una expresión indescifrable en su cara, y luego le escuchó decir "¿Pasó algo? Sonó algo muy fuerte" Lo dijo tranquilamente, sin embargo hubo un momento en que su voz se quebr
Solía ir al parque a sentarse junto a un árbol con un café y un libro en la mano y su bufanda beige que tanto le gustaba. El viento hacía que su cabello largo y lacio se despeinara y se enredara en su nariz, en las pestañas, en sus labios llenos de besos rotos. Era dueña de una belleza sublime. Todo su aspecto en general era increíblemente hermoso, y ella lo detestaba. Creía que tenía mucho más para dar que tan solo su apariencia, pero todas las personas que había conocido alguna vez, parecían fijarse únicamente en eso. Nunca había amado a nadie en verdad, pues nunca nadie
Los pinceles y las acuarelas estaban sobre la mesa blanca llena de abolladuras junto a la ventana. Un rayo de sol se colaba por ésta, de tal manera que se refractaba en el espejo junto a la cómoda e iluminaba toda la habitación. La ventana daba a la calle. Vivía en el centro de la ciudad. Podía ver los altos edificios rodeándole, las personas agitadas corriendo, el ruido del mediodía. Él estaba de pie junto a la mesa, haciendo algunos arreglos finales a su última pintura. Su atuendo estaba completamente salpicado con miles de coloreseso siempre le había gustado a ella. Había ensucia
La luz del semáforo se había puesto en rojo justo en el momento en el que el carro que iba delante de él terminaba de cruzar. Se detuvo. La ciudad a esa hora siempre le había parecido más interesante. Sus pies se movían inconscientemente al ritmo de la canción que estaba sonando en la radio. Sus ojos cansados observaban a una mujer pasar acompañada de un puddle, de esos que tanto le molestaban. Se mordía el labio sin darse cuenta. Pensaba en que la ciudad estaba un poco más gris de lo normal. O quizás era él. Ya no podía distinguir entre un día u otro. El domingo se le pare
Cruzó la calle sin mirar a ningún lado. Las bocinas de los carros que sonaban alrededor le parecían distantes, ajenas a él. Sus pies se deslizaban despacio y produciendo un ruido incómodo, sus ojos estaban perdidos, no miraba nada en específico, tenía las manos metidas en los bolsillos del gabán pardo que ella le había regalado alguna vez, "Para las noches de invierno", le había dicho. Ya no sabía cuánto tiempo había pasado. Sus mejillas estaban rojas y sus labios partidos. Su cabello color avellana estaba despeinado y bailaba con el viento, más no a su compás; siempre
Joaquín el gancho se despertaba siempre muy temprano en la mañana; lavaba sus dientes, se duchaba, se ponía uno de sus muchos sastres grises o azul marino, desayunaba un café negro junto con un huevo cocido, lavaba sus dientes de nuevo y finalmente salía de casa. Su pequeño móvil se desplazaba por las calles de la ciudad y en menos de media hora ya estaba en la oficina para recoger el montoncito de carpetas que usaba para trabajar.
Su trabajo no era sencillo ni rápido, pero a él le encantaba. Consistía en leer cada uno de los archivos y analizarlos, para luego enganchar a aquellos que se comp
Uno rápido.
Se le hacía tarde. Prendió un cigarro y bajó las escaleras despacio, muy despacio. En su cara había una pequeña sonrisa producida por los recuerdos tan vivos de la noche anterior. Sus manos recorriendo su piel, sus uñas enterrándose en su espalda, el sudor de sus cuerpos, su cabello largo y mojado, su piel tersa y suave, sus gritos, esa manera de entregarse por completo.
Y el por favor no te quedes para el desayuno.
Tenía las mejillas rojas de tanto llorar. Cómo alguien podía tener manos tan pequeñas.
El tren iba a una velocidad increíble, pero ella sentía como si estuviese flotando en medio del océano, tan liviana, tan perdida, tan asustada. Las hojas de los árboles de otoño caían rápidamente sobre el suelo que alcanzaba a percibir. Las ramas desnudas de los árboles le recordaban a su niñez. No sabía hacia donde se dirigía; tenía unos cuantos billetes en el bolsillo del cárdigan y en su maleta guardaba algunas prendas, unos zapatos, varios libros y un número telef
Te fuiste a Moscú un día sin avisarme.
Llegué a casa cansada de arrastrar mi alma por las calles de la ciudad, dispuesta a olvidarlo todo por unas cuantas horas. El sonido incesante de la máquina registradora me molestaba, así que decidí escuchar el único mensaje que anunciaba el brillante número rojo. "Hola" era tu voz y esbocé una sonrisa fragmentada. "He llegado ésta madrugada a Moscú. (Madrugada de acá, son nueve horas de diferencia, por si no sabías). Te llamo de nuevo cuando me sienta con fuerza suficiente. Adiós" Fue así, tan lacónicamente, como siempre ha
We should have been dead by now.
It sounds awful, I know. I know it more than anyone else. But you also remember. That night in which we crammed our mouths with handfuls of stardust. In which you held my wrist tight - oh so tight, and ran in straight line for what could have been minutes or hours, but we never looked back, not even with the screams begging for help and the gleams of light behind out back.
It was the next morning, when the atrocious and irrevocable truth came silently but steady towards us. You came to my house and looked at me with those big brown eyes of yours, and I let out silent sobs against your shoulder blade, and we
Se le hacía tarde, tiró la puerta muy fuerte y al escuchar el sonido se detuvo un momento y cerró los ojos y contrajo su nariz. Tenía un abrigo dos tallas más grande y guantes que definitivamente no le proporcionaban el calor que necesitaba. Apretó el par de folders que llevaba contra su pecho, dio un respiro profundo y abrió sus ojos de nuevo. Vio a un hombre parado a dos metros de distancia, mirándola con una expresión indescifrable en su cara, y luego le escuchó decir "¿Pasó algo? Sonó algo muy fuerte" Lo dijo tranquilamente, sin embargo hubo un momento en que su voz se quebr
Solía ir al parque a sentarse junto a un árbol con un café y un libro en la mano y su bufanda beige que tanto le gustaba. El viento hacía que su cabello largo y lacio se despeinara y se enredara en su nariz, en las pestañas, en sus labios llenos de besos rotos. Era dueña de una belleza sublime. Todo su aspecto en general era increíblemente hermoso, y ella lo detestaba. Creía que tenía mucho más para dar que tan solo su apariencia, pero todas las personas que había conocido alguna vez, parecían fijarse únicamente en eso. Nunca había amado a nadie en verdad, pues nunca nadie
Los pinceles y las acuarelas estaban sobre la mesa blanca llena de abolladuras junto a la ventana. Un rayo de sol se colaba por ésta, de tal manera que se refractaba en el espejo junto a la cómoda e iluminaba toda la habitación. La ventana daba a la calle. Vivía en el centro de la ciudad. Podía ver los altos edificios rodeándole, las personas agitadas corriendo, el ruido del mediodía. Él estaba de pie junto a la mesa, haciendo algunos arreglos finales a su última pintura. Su atuendo estaba completamente salpicado con miles de coloreseso siempre le había gustado a ella. Había ensucia
La luz del semáforo se había puesto en rojo justo en el momento en el que el carro que iba delante de él terminaba de cruzar. Se detuvo. La ciudad a esa hora siempre le había parecido más interesante. Sus pies se movían inconscientemente al ritmo de la canción que estaba sonando en la radio. Sus ojos cansados observaban a una mujer pasar acompañada de un puddle, de esos que tanto le molestaban. Se mordía el labio sin darse cuenta. Pensaba en que la ciudad estaba un poco más gris de lo normal. O quizás era él. Ya no podía distinguir entre un día u otro. El domingo se le pare
Cruzó la calle sin mirar a ningún lado. Las bocinas de los carros que sonaban alrededor le parecían distantes, ajenas a él. Sus pies se deslizaban despacio y produciendo un ruido incómodo, sus ojos estaban perdidos, no miraba nada en específico, tenía las manos metidas en los bolsillos del gabán pardo que ella le había regalado alguna vez, "Para las noches de invierno", le había dicho. Ya no sabía cuánto tiempo había pasado. Sus mejillas estaban rojas y sus labios partidos. Su cabello color avellana estaba despeinado y bailaba con el viento, más no a su compás; siempre
Joaquín el gancho se despertaba siempre muy temprano en la mañana; lavaba sus dientes, se duchaba, se ponía uno de sus muchos sastres grises o azul marino, desayunaba un café negro junto con un huevo cocido, lavaba sus dientes de nuevo y finalmente salía de casa. Su pequeño móvil se desplazaba por las calles de la ciudad y en menos de media hora ya estaba en la oficina para recoger el montoncito de carpetas que usaba para trabajar.
Su trabajo no era sencillo ni rápido, pero a él le encantaba. Consistía en leer cada uno de los archivos y analizarlos, para luego enganchar a aquellos que se comp
Uno rápido.
Se le hacía tarde. Prendió un cigarro y bajó las escaleras despacio, muy despacio. En su cara había una pequeña sonrisa producida por los recuerdos tan vivos de la noche anterior. Sus manos recorriendo su piel, sus uñas enterrándose en su espalda, el sudor de sus cuerpos, su cabello largo y mojado, su piel tersa y suave, sus gritos, esa manera de entregarse por completo.
Y el por favor no te quedes para el desayuno.
Tenía las mejillas rojas de tanto llorar. Cómo alguien podía tener manos tan pequeñas.
El tren iba a una velocidad increíble, pero ella sentía como si estuviese flotando en medio del océano, tan liviana, tan perdida, tan asustada. Las hojas de los árboles de otoño caían rápidamente sobre el suelo que alcanzaba a percibir. Las ramas desnudas de los árboles le recordaban a su niñez. No sabía hacia donde se dirigía; tenía unos cuantos billetes en el bolsillo del cárdigan y en su maleta guardaba algunas prendas, unos zapatos, varios libros y un número telef
Voy camino a la plaza Brasil. Me bajo del metro y camino por las calles que conosco de memoria. Ventosas, oscuras, con charcos de luz dependiendo de la hora, pero siempre con algo de sombra. Un millón de recuerdos me asaltan mientras el viento me empuja. Mi padre, con su andar lento y sus lentes oscuros, mi madre, cansada pero siempre sonriente. Mi mejor amiga de la infancia, con quien peleé, reí y lloré; con quien podía enojarme tranquilamente, ser enemiga un día o dos, y luego jugar como si nada hubiera pasado.
Llego a la plaza y siento el típico gorgeo de los pájaros, veo las bancas de metal, los be
Mornings filled with pancakes, kisses and silence.
Those are some of the things I want but can't have.
Afternoons in which your fingers are entangled between mine,
in which your lips leave a small but sweet trace through my spine.
Evenings with our eyes locked,
not watching the movies we're supposed to,
with the voices as our soundtrack while my toes search for your ankle.
I long for you.
Come here.
My name is Camila. This is my seventeenth year and I like books more than people. I never know where I’m standing and uncertainty ortures me. I'm studying Modern Languages and Literature and it feels like I’m wasting my life. But I’m trying to keep going.
It has been nine months since I last wrote something here.
My life indeed changed. I've met amazing people and they've made me so happy. I recently met this guy who feels just like I do, and he has become one of my best friends in such a short period of time. He makes me feel lighter and he makes me feel happier and he's the kind of friend I ever wanted; like in that entry I posted a year ago: "Sometimes I wish I had a friend like myself." We are exactly the same. That makes me feel less sad.
I don't like what I'm studying and I feel sad and hopeless all the time. I want to crawl under the covers and sleep and read and drink tea and watch F
My life will change in two days.
People don't usually say this. I mean, life just *changes*. You don't know when or why. But I do know that things are going to go completely out of place. Or they're going to fit perfectly in my life and things I don't need will disappear. I hope for the latter one.
I am bored and I should definitely be showering at this very right moment but, you know, procrastination. I've been watching anime and that's a bad sign, sort of. I've stopped reading a lot and that is even a worse sign. Let's wait.
I need new friends. The relationships I'm maintaining with my current friends are way too complicated. I want some
Happy 4th of July! (I'm not even american. I shouldn't be allowed to use the internet)
I was in Miami exactly three years ago and it was so fun! You american people love celebrating this day, don't you? I remember we went to the beach and saw the fireworks and drank and walked and there was a concert and picnics and yay, fun! It's the only time I've been to the US in summer time. I always go in winter and it's so cold ;-; (except for Florida. Florida's always extremely hot or just about good in winter). So I hope you're all having a great time and being safe (what)
I've traveled twice in the past month. One time with my family and other tim